Apocalipsis 3: “Acercamiento/colisión de Nibiru”
“Habrá en el cielo la aparición de un cometa que traerá transformaciones físicas muy bruscas en nuestro planeta. A partir de sus cálculos, los mayas aseguran que existen altas probabilidades de que el cometa choque con la Tierra“
* extraído de las supuestas 7 profecías mayas.
Esta predicción es quizá la más “manoseada” y tergiversada de todas, porque incluso se interlaza con otro asunto pseudocientífico. Aquí los mayas supuestamente profetizan que un cometa se acercará (o colisionará) con la Tierra, acarreando horribles catástrofes para la vida, desde una extinción total a la reversión del campo magnético (aunque en otras versiones se cita esto como un escenario independiente) que nos deje expuestos a radiaciones letales. Veamos: Nibiru es uno de varios nombres que se ha dado a un objeto hipotético llamado Planeta X, un cuerpo que interactúa con el Sistema Solar pero aún no ha sido detectado por la gran distancia que se encuentra. También se le conoce como Marduk (mitología babilónica), Ajenjo (referencias bíblicas) o Barnard I (por denominación astronómica), pero es mejor conocido como Hercólubus, y su popularidad surgió desde 1999, con la aparición del libro “Hercólubus o Planeta Rojo” de V.M. Rabolú (un seguidor del gnóstico y esotérico Samael Aun Weor).
En vista que ya dispongo un artículo desmitificando a Hercólubus, no voy a profundizar en este tema, salvo destacar, en pocas palabras, que este supuesto objeto puede ser una simple malinterpretación de la Estrella de Barnard (Barnard I, V2500 Oph), una estrella enana roja en la constelación de Ofiuco caracterizada por su rápido movimiento aparente anual (10,3”), que la llevará a pasar a 3,8 años luz de la Tierra en 8.000 años, y convertirse en la estrella más cercana al Sistema Solar, superando al sistema Alpha Centauri.
Conclusiones finales.
Me compadezco de los mayas. Fueron una cultura extraordinaria, compleja y dueña de un extenso caudal de conocimientos, pero quizá ninguno imaginó los alcances y aprovechamientos a costa de su labor, varios siglos después, y su incapacidad de defenderse -desde la tumba- de las malinterpretaciones. El 21 de diciembre de 2012 se vislumbró como la nueva “fecha clave” de la Humanidad, tal como una vez lo fue el 1 de enero de 2000, entre otras. Lo cierto es que sólo basta un análisis objetivo para darse cuenta que esta fecha no tiene nada de especial y que los mayas, lejos de ser profetas, sólo fueron grandes observadores, al punto que sus registros perduraron hasta nuestros días.
Un par de anécdotas finales: el 2006 viajé a Chichén Itzá, donde conocí algunos de los principales legados mayas. Mientras el guía explicaba la historia del Castillo de Kukulcán, una turista le hizo la pregunta sobre 2012. El guía, sin dudarlo, dio a grandes rasgos las mismas explicaciones que he vertido aquí, derrumbando las ilusiones de esa turista, pero siendo honesto con esta cultura y sin aprovecharse de la fama de 2012 que bien pudo significar… ¡más turistas!. Esta actitud resume lo que intento transmitir: que los mayas merecen un mejor reconocimiento que ser relegados a la agenda de inescrupulosos charlatanes del apocalipsis.
La otra, es que en 2009 lancé una apuesta en mi blog, ofreciendo $1.000.000 de pesos chilenos (~ USD 1.600), a quien me demostrara científicamente que ocurrirá un apocalipsis el 21-12-2012 profetizado por los mayas! Como era de suponer, no pasó nada especial, ¡pero muchos crédulos se atrevieron al desafío!