Perspectivas del problema
Hay soluciones a todos estos problemas. La clave es simplemente tener iluminación de calidad. Con esto es posible preservar los cielos oscuros, mejorar la calidad de la iluminación nocturna (mejor visibilidad, seguridad y entornos más atractivos) y además implica un ahorro de dinero, al utilizar eficientemente la luz. Para tener éxito en estos propósitos se necesita tener conciencia del problema y las soluciones, lo cual es bastante escaso (aún entre profesionales de la iluminación). La educación es clave para el éxito.
A grandes rasgos, el riesgo es que en pocas generaciones sólo unas pocas personas podrán tener una visión “en vivo” del Universo. El resplandor urbano habrá hecho desaparecer el cielo oscuro, del mismo modo como la luz encendida en un salón imposibilita ver una proyección de diapositivas. Es por esto que la contaminación lumínica es un tema tan importante, tanto así como el calentamiento global.
“Ilumine el suelo, no el cielo”
Es ideal tomar conciencia de la situación. Insistir en iluminación de calidad y practicándola uno mismo, especialmente el astrónomo aficionado. Una buena iluminación está dirigida hacia donde se requiere, no hacia arriba ni hacia donde se pierde y produce resplandor e invasión lumínica.
Por supuesto, esto no significa que al disminuir la luminosidad también disminuya la seguridad, pues no se pide menos luminarias, sino que simplemente apunten bien. La institución representativa en este ámbito es International Dark Sky Association, IDA (Asociación Internacional del Cielo Oscuro), organización sin fines de lucro cuya meta es la divulgación y soluciones al problema.