Caso especial: webcams
Las webcams son un dispositivo relativamente reciente, siendo las videoconferencias su aplicación principal. Pero los aficionados han descubierto en estos dispositivos un accesorio astrofotográfico, como variante a una cámara DSLR/mirrorless. Una webcam tiene un sensor que capta luminosidad, el cual normalmente es tipo CMOS; éste no es tan sensible como uno CCD (el cual sí lo traen algunas webcams), pero de igual forma logran resultados aceptables al acoplarse a un telescopio. Al ser un medio digital, requiere interactuar con un ambiente computacional, por lo cual si se quiere usar durante una observación outdoor, en terreno, será necesario llevar un laptop para controlarla.
Características de una webcam
Las webcams suelen ser bastante pequeñas, livianas y fáciles de transportar, facilitando su uso en aplicaciones astronómicas. No son muy costosas y están al alcance de un amplio rango de iniciados en astrofotografía que desean una alternativa a las cámaras DSLR/mirrorless en un entorno digital. La ventaja de usar una webcam como medio digital es la opción de realizar ajustes posteriores vía software para realzar el mejor “material” desde una captura de video, eliminando aquél de menor calidad para llegar al resultado final.
Este accesorio tiene interesantes ventajas como accesorio astrofotográfico. Si bien cualquier webcam externa pudiera resultar útil, una de las primeras en construirse esta reputación fue la TouCam Pro de Philips, al contar con un sensor CCD en lugar del tradicional CMOS de otras webcams, captando así más luz. Actualmente hay webcams mucho más avanzadas (ej. Logitech Quickcam Pro, Microsoft LifeCam Studio 1080p HD) y modelos netamente orientados a astrofotografía (ej. SVBONY SV305, Orion StarShoot USB Eyepiece Camera II), por lo cual no se hace necesario modificarlas para acoplar a un telescopio.