Caso especial: Arqueoastronomía (como disciplina relacionada)
Esta disciplina estudia todos aquellos vestigios arqueológicos que han tenido alguna relación con la astronomía, por parte de las culturas que los utilizaron. Esto da una idea del conocimiento astronómico que poseían algunas culturas antiguas, y cómo se dedicaban a estudiar los cielos mediante diversos tipos de construcciones.
La arqueoastronomía se encuentra repartida por diversos lugares del mundo, pero algunas de las más importantes refieren a las encontradas en China, Egipto, Inglaterra, Norte y Centroamérica. Los principales usos que tenían estas construcciones era servir como guía para marcar determinados eventos astronómicos, tales como solsticios y equinoccios, así como la orientación en el tiempo mediante relojes y calendarios solares, o servir de observatorio para la observación y estudio de los cuerpos celestes.
Pirámides de Egipto
Uno de los vestigios arqueológicos mejor conservados en la actualidad, cuyos primeros prototipos se remontan alrededor del 2.500 a.C., y sirvieron como tumbas de los faraones que reinaban en la antigua cultura egipcia. Los egipcios también fueron buenos astrónomos, y prueba de ello se encuentra tanto en los numerosos jeroglíficos que contienen datos astronómicos, así como el modo de construir algunas de sus pirámides, que cuentan con varias alineaciones intencionales para demarcar fenómenos astronómicos. La pirámide de Gizeh se encuentra alineada con la estrella Polar, y su sombra les permite determinar cada una de las estaciones del año. La Gran Pirámide se usó como observatorio astronómico.
Stonehenge
Monumento del neolítico, específicamente de la Era de Bronce. Se encuentra en Wiltshire, Inglaterra, y está formado de gigantescos bloques de piedra que se distribuyen en forma circular, en cuatro circunferencias concéntricas. Se piensa que era un lugar donde se celebraban diversas ceremonias que no se comprenden completamente, pero sí tuvieron claramente algún propósito astronómico. Stonehenge es un gigantesco observatorio y calendario solar, que permite predecir las estaciones del año, debido a que sirve de guía para solsticios y equinoccios. La construcción de estos megalitos se remonta hacia el 2.500 a.C, mientras que un círculo de arena que rodea los monumentos es más antigua, remontándose al 3.100 a.C.