Los planetas gaseosos del Sistema Solar son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Reciben este nombre debido a que su superficie es gaseosa, cuyos gases que los conforman que se fueron condensando y arremolinando a través de un proceso llamado acreción. La zona que corresponde a los planetas gaseosos también se denomina «Sistema Solar exterior», y representa además nuestro «vecindario» más lejano, por lo cual sólo algunas misiones espaciales se han dedicado a explorar a sus componentes y capturar algunas imágenes (en especial de sus satélites naturales), en donde destaca la misión Cassini-Huygens.
Los planetas gaseosos, por otro lado, son claramente de mayor tamaño en comparación a sus pares gaseosos, y cuentan con una cantidad mucho mayor de satélites en conjunto: Sumando a los satélites naturales de Júpiter y Saturno, se obtienen más de 140, en tanto Urano y Neptuno, combinados, suman más de 40 (conocidos a la fecha).
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