La observación del Sol es una actividad que muchos aficionados realizan, y que contrario a lo que pudiera parecer, puede resultar bastante gratificante y atractivo. Nuestra estrella no se mantiene inmutable, sino que de vez en cuando le ocurren cambios en su superficie, que pueden ser apreciados con telescopio o binoculares. El más característico es la presencia de manchas solares, zonas más frías del Sol que constituyen fuentes de alta actividad magnética y son de especial interés para los astrónomos que estudian de forma profesional a nuestra estrella. La observación de manchas solares es interesante para el aficionado, pues es posible hacerles seguimiento a través de los días e ir notando sus cambios, tanto en tamaño, forma y desplazamiento por la superficie, de donde incluso puede obtenerse ¡el periodo de rotación del Sol! Por lo tanto, observar la actividad solar puede ser sumamente interesante y entretenido.
Adicionalmente, la observación solar también puede usarse para momentos de especial interés: los eclipses solares (totales, anulares o parciales) y los tránsitos de Mercurio y Venus. Sin duda representan una experiencia muy buena y permiten estudiar de cerca estos fenómenos, que sólo a veces tenemos la oportunidad de presenciar. Antes de comenzar con las indicaciones, ¡presta atención a esta advertencia!
NUNCA mires al Sol de frente. La exposición a simple vista por tiempo prolongado puede causar daños irreversibles a la vista; la exposición a través de un ocular de telescopio, finderscope o binoculares, incluso por fracciones de segundo, puede causar ceguera permanente. |
Ahora sí, una vez hecha la advertencia, podemos proseguir. Para realizar observación solar se necesitan las siguientes herramientas:
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Instrumento óptico (telescopio o binoculares)
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Oculares de 20 mm (para telescopio)
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Bitácora de registro
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Cartulina blanca
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Lápiz grafito
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Compás
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Imágenes de referencia