La exploración del espacio es en la actualidad una de las mayores expresiones de la inteligencia humana, en el sentido de que ahora no sólo nos movemos regidos por la fuerza de gravedad que nos mantiene en tierra, sino que ya tenemos máquinas con la suficiente potencia para vencerla, superar la velocidad de escape y adentrarse en el espacio profundo. El desarrollo de la astronáutica nos ha permitido mayores avances científicos. Investigaciones y una globalización de la información, especialmente con los ‘satélites de comunicaciónes’, que nos están conectando con todo el mundo, como por arte de magia. A modo de historia, en los primeros lanzamientos de satélites hubo una conocida rivalidad entre EE.UU. y la ex-Unión Soviética (URSS) por tener la delantera en la carrera espacial.
Desde el lanzamiento del Sputnik I, el 4 octubre de 1957, comenzó una imparable revolución científica y tecnológica. El espacio estaba a nuestro alcance, la tecnología nos permitía traspasar las fronteras de nuestra atmósfera y sólo era cosa de tiempo hasta que Yuri Gagarin, Alan Shepard y una serie de nuevos y ambiciosos programas espaciales tripulados y no tripulados, culminaran en el icónico aterrizaje del Eagle en la Luna y llevaran a la fama al Apollo XI.
Avances científicos
La URSS aventajó a su rival en América poniendo en órbita al primer satélite artificial, el Sputnik I (04-10-1957). El Sputnik circundaba el globo cada 96.2 minutos y, debido a la rotación terrestre, sobrevolaba todos los continentes y casi todas las zonas habitadas. Ningún occidental, en aquella época de obsesionante guerra podía dejar de sentir que había perdido los cielos ante el enemigo.
Un mes después se lanzaba el Sputnik 2, pesaba media tonelada y ponía en órbita a la primera criatura viviente, una perra llamada Laika, lo que indicaba el propósito ruso de enviar pronto un hombre al espacio.
Poco tiempo después del lanzamiento del Sputnik 2 los estadounidenses trataron de situar en órbita un satélite Vanguard; el 12 de abril de 1961, pondría por primera vez un ser humano en órbita, el cosmonauta Yuri Gagarin. EE.UU. en tanto, logró poner en órbita al Explorer I (31-01-1958); más tarde, el 17-03-1958, los norteamericanos ponen en órbita al Vanguard I, algo más pequeño que el Explorer, que voló a 400 kms. de nuestra atmósfera. El hombre continuó interesándose por el espacio y la posibilidad de explorarlo en detalle; así surgieron muchos programas espaciales que llevarían hombres al espacio, incluyendo el Apollo que en 1969 lograría que Neil Armstrong y Edwin Aldrin caminaran en la Luna. Desde ahí la astronáutica sigue encantándonos con máquinas como el Transbordador Espacial, que luego han dado paso a naves más modernas, como las de SpaceX.