10) Tanto el Sol, la Luna, Venus, Mercurio o cualquier astro diurno/nocturno cercano al horizonte, se ve “distorsionado”.
Para constatar esto no hace falta demasiado seguimiento, sino más bien advertir lo que pasa con cualquiera de estos objetos cuando se los ve cercanos al horizonte. Cuando el Sol está por “ponerse”, se lo puede ver borroso, anaranjado o con forma ovalada;la Luna se puede ver anaranjada y extraña. Si bien esto no ocurre de igual modo con cualquier objeto lejano diurno (ej. una montaña, un bosque), sí es notable que cualquier objeto en el horizonte parecerá más “pálido” o “brumoso” que los cercanos. Si bien esto no indica inmediatamente la presencia de atmósfera o curvatura de la Tierra, sí da una pauta de que “algo” afecta invariablemente la visión de un objeto lejano, por una propiedad del lugar de observación y no del objeto observado en sí.
Conclusión preliminar: Conociendo la atmósfera terrestre. Si bien esta determinación es difícil por mera observación, la vida cotidiana ofrece varias analogías con la interferencia atmosférica en objetos lejanos. Así como la presencia de más capas de gas atmosférico entorpecen la visión de objetos bajos en el horizonte, al observar cualquier objeto bajo el agua siempre se verá más borroso, por la masas de agua enturbian e interfieren el paso de la luz.