8) La Luna describe un tránsito que la pone la mitad de su ciclo por encima del plano terrestre respecto al Sol, y la otra mitad por debajo de ese plano.
La Luna, como ya se mencionó en un ejercicio anterior, transita por la línea eclíptica al igual que el Sol. Pero no está supeditada a una línea exacta, sino que se mueve por un rango dentro de esa banda. Si se hace un seguimiento extensivo a las trayectorias del Sol y la Luna en el cielo diurno, provisto de algún artilugio rudimentario que permita comparar sus posiciones, se advertirá que la Luna pasa por “encima” o “debajo” del Sol, más retrasada o más adelantada, sin llegar a cruzarse, salvo raras ocasiones; Allí radica la máxima expresión de este fenómeno, que ocurre durante un eclipse solar, cuando el Sol queda exactamente en conjunción con la Luna, o en un eclipse lunar, cuando la Luna cruza por el cono de sombra proyectado por la Tierra. Como estos cruzamientos suceden sólo cada cierto tiempo, no se dan eclipses solares o lunares todos los meses. Este ejercicio es el menos factible de comprobarse en su máxima expresión (un eclipse) debido a que pueden pasar varios meses para que ocurra uno, pero la desviación lunar en su trayectoria sí puede ser medida.
Conclusión preliminar: Desviación de la Luna respecto a la línea eclíptica. Con estas mediciones, si bien requieren más razonamiento, se puede conocer la “deriva” de la Luna en su paso por aquella “banda imaginaria” (en la práctica el plano orbital lunar está inclinada 5° respecto a la eclíptica) y cómo esto implica que no tengamos una conjunción Sol-Luna, o un paso de la Luna por el cono de sombra terrestre, todos los meses (aunque decir “cono de sombra” implica conocer la posición relativa de la Tierra, el Sol y la Luna en el espacio). Mediante uso de matemáticas, es incluso posible predecir cuándo acontecerá un próximo eclipse, si se sabe con precisión las variables de trayectoria y desplazamiento en relación a la eclíptica.
9) Hay planetas como Venus o Mercurio que se mueven respecto a las estrellas “fijas” del amanecer/ocaso, pero siempre en cercanía aparente al Sol.
Este ejercicio supone que el observador, además de seguir al Sol y al Luna en horario diurno, también ha tomado atención a otros objetos que no se observan fijos respecto al “fondo de estrellas”. Los planetas visibles a simple vista son 5, pero en horario de amanecer/ocaso los más factibles de ver son Mercurio y Venus (que a efectos de este ejercicio sólo se considerarán como un “objeto más débil” y un “objeto más brillante”). Para determinar que estos objetos realmente se mueven de forma independiente, se necesita un seguimiento que puede ser de varios meses, según cuánto uno tarde en advertir su movimiento propio, y cuánto en advertir que su aparición está siempre en cercanía temporal con el Sol (esto último puede llevar mínimo un año).
Conclusión preliminar: Descubrimiento de planetas asociables al Sol. La etimología de “planeta” significa “errante”, que es la denominación apropiada para un objeto que parezca vagar por una zona del espacio, independiente del movimiento aparente de estrellas “fijas. Estos dos objetos, una vez identificados como “planetas”, pasan a formar una categoría especial junto con el Sol y la Luna, ya que su movimiento les da una cualidad distinguible como astros. Explicar la cercanía aparente al Sol requiere comprender su posición relativa en el espacio.